Precisiones
La semana pasada, leí una publicación en Facebook del periodista Umberto Jara en la cual plantea cuatro razones que explicarían o nos ayudarían a entender el porqué de la derrota de Perú frente a Brasil. De hecho, estas pueden parecer ser sugerentes; sin embargo, considero pertinente establecer ciertas consideraciones o profundizar en torno a determinados conceptos expresados en su primer punto.
Su primer argumento se sostiene sobre la siguiente aseveración: “los que realmente saben de fútbol, me refiero a Bielsa, Guardiola, Cruyff, señalan que el 80 por ciento de un partido se define en la mentalidad de los jugadores. El resto puede ser talento, juego de conjunto, errores bien aprovechados o simple azar, pero la actitud mental define”. Antes que nada, resulta llamativo que no brinda ninguna fuente a la cual acudir para comprobar si realmente la referencia existe. Asimismo, es evidente la apelación a la autoridad, sentenciando tajantemente que existe una opinión expresada por “quienes realmente saben de fútbol” —desde la cual él parte— y, que, por tanto, sería prácticamente imposible estar en desacuerdo
Ahora bien, sorprendido por la cita que el autor colocó, volví a realizar una revisión, más allá de artículos, entrevistas, vídeos y demás, de los libros de referencia sobre estos tres entrenadores, a saber, Herr Pep, Pep Guardiola: La Metamorfosis, escritos por Martí Perarnaú, La vida por el fútbol: Bielsa el último romántico de Román Iucht, Los 11 caminos al gol (compilación de discursos de Bielsa realizada por Eduardo Rojas) y Fútbol: mi filosofía y 14. La autobiografía de autoría del mismo Johan Cruyff. En ninguna parte se encuentra escrita la cita que Jara atribuye a la autoría de los tres. Si ya es poco creíble de que hayan establecido una proporción exacta, mucho menos probable es que ese “descubrimiento” haya sido producto de un “consenso”, cuestión que parece sugerir el autor.
Que hayan llegado por cuenta propia a tal aseveración resulta más complicado aún. De hecho, la única posible referencia de tal verdad se encuentra en su propio libro, capítulo Una nueva mentalidad, y quien lo dijo fue Javier Mascherano: “El 80% del partido se juega con la cabeza; el otro 20% es físico”. Aun así, esta declaración se puede entender en el sentido del trabajo cognitivo que implica la constante “toma de decisiones”, “resolución de problemas”, la “atención” que exige el juego y demás aspectos que van en esa línea.
No me parece menor: el autor sugiere que estos entrenadores sostuvieron la idea según la cual su propio trabajo, con todo lo que implica — rigurosos entrenamientos, selección de futbolistas, planificación táctica de los partidos y un largo etcétera—no es sino un “agregado” del 20%. Y eso, puesto que lo que más se asemeja a labor del entrenador, que en sus propios términos sería desarrollar el “juego de conjunto”, lo coloca junto a otros factores en ese 20%. Antes bien, me parece que estos técnicos, pretenden –pretendieron, en el caso de Cruyff- que sus equipos “jueguen en conjunto” de tal forma que se reduzca el “azar” y generen “errores” en el rival.
Sumado a esto, resulta extremadamente difícil generalizar en torno al trabajo de los tres, debido a que cada uno de ellos posee —poseyó, en el caso de Cruyff— “sus” métodos, “sus” ejercicios —los dos segundos, por su obvia mayor cercanía, con preferencia por los rondos y juegos de posición—, en suma, “sus” ideas, las cuales, además, varían y se siguen enriqueciendo; sin embargo, si hay algo que a grandes rasgos los caracteriza –caracterizó, en el caso de Cruyff— sería el especial énfasis por el trabajo en el campo y la preocupación por los detalles. Insisto: ¿sostener un argumento que identifica un problema psicológico en la selección peruana —que puede ser válido— a partir de una cita sin referencia que pretende englobar una “máxima” sentenciada por Cruyff, Bielsa y Guardiola? Creo que ellos buscarían respuestas en los futbolistas y en el juego; en definitiva, de lo que realmente se ocuparon y supieron.
Jara prosigue en su argumentación e indica que “una clave fundamental de la clasificación a Rusia 2018 estuvo en el cambio de mentalidad de los jugadores, en el trabajo que se hizo para dotarlos de actitud y no sentirse menos que los rivales.” Sobre esto, que da a entender “se ha perdido”, no creo posible profundizar más, puesto que tales conceptos son bastante ambiguos: “mentalidad”, “actitud”, “sentirse menos”. Parecen comodines que explican todo y al mismo tiempo nada. En efecto, pueden tener algo de sentido, pero en un plano complementario, y merecen ser planteados con mayor precisión. De hecho, estos podrían incluirse en lo que Martí Perarnaú denominó “intangibles comunes” es decir, términos utilizados con pretensiones explicativas ante, muchas veces, la incomprensión de lo que sucede en el juego: “intensidad, preparación física, actitud, ambición, hambre, coraje, etc”.
Finalmente, el autor, tras afirmar que “en estos tres partidos de la Copa América, y en los amistosos anteriores, volvió el equipo temeroso, sin dinámica, con jugadores que no se muestran a recibir los pases, que se esconden, que no luchan”, concluye dando a entender o sugiriendo que la ausencia del psicólogo Marcelo Márquez sería determinante en esta “declive futbolística” de Perú en la actualidad.
¿Hasta qué punto este es el factor clave? Dudo que se pueda verificar con total certeza; a lo mucho suena a especulación. Márquez aportó, indudablemente, desde su área en el proceso de construcción de la selección peruana; no obstante, tampoco explica por sí solo el rendimiento futbolístico que ésta logró. Asimismo, si el problema es principalmente psicológico, cabe resaltar que actualmente se encuentra en su puesto el psicólogo Giacomo Scerpella, quien cuenta con experiencia en clubes de fútbol como la Universidad San Martín y Alianza Lima y al mismo tiempo, ha trabajado con el mismo Márquez en las divisiones menores de la selección peruana. De modo que sí se cuenta con un psicólogo ejerciendo sus funciones. ¿En qué grado será responsable de lo sucedido futbolísticamente? Difícil saberlo.
Los demás argumentos de Jara, recalco, constituyen un mayor aporte. El segundo adhiere a una posición mayoritaria sobre el “mal planteamiento ofensivo” de Gareca, sobre la cual profundicé en otro artículo . Como se evidencia en este texto -en el cual no negamos la importancia del factor psicológico en el fútbol ni la labor de los especialistas en el área- nos hemos centrado en el primero, con especial atención en su utilización de las figuras de Cruyff, Bielsa y Guardiola.
Por último, agregaría que el fútbol es más complejo de lo que parece y, de pronto, todo lo que se identificó como lo “malo” o el “problema” -la “actitud”, la “mentalidad”, etc- en un determinado equipo en un partido concreto, varia abruptamente en la siguiente presentación, dejando sin mayor sustento lo que se pretendía mostrar como definitivo. Reza el lugar común: “esto es fútbol” y, más aún, el de selecciones, donde menos certezas y más sorpresas se encuentran.
*Sobre los “intangibles comunes” de Martí Perarnaú, véase: https://www.martiperarnau.com/italia-practica-el-juego-de-posicion-y-espana-no/