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La necesaria irreverencia del Burru

Publicado: 2019-05-03


Revisando artículos en diversos medios sobre el partido del Barcelona contra el Liverpool, me topé —en la web de La Nación— con una interesante entrevista a Jorge Burruchaga. Pensé que era reciente, pero se realizó hace algunas semanas. Entre anécdotas y reflexiones, el exfutbolista, de pronto, luego de mencionar ciertas consideraciones sobre Lionel Messi, introdujo un provocativo argumento:

“[…] A veces lo digo en joda, pero es en serio: el Barcelona le hizo mal al fútbol. ¿Por qué? Porque muchos quieren ser el Barcelona, y ese equipo fue único, marcó una época. No todos lo pueden hacer, pero hoy, para muchos, si no intentás jugar así, no sirve o no es fútbol lo que hacés. Y acá tenés un gran ejemplo: River es el equipo más pragmático, resuelve según las necesidades”

No sorprende que el titular de la entrevista haya sido “El Barcelona le hizo mal al fútbol”. Obviamente, llama la atención, produce intriga, genera adhesión o rechazo inmediato; al mismo tiempo, si es leída fuera de su contexto, puede parecer un absoluto disparate, lo que implicaría una —supuesta— justa lapidación al 'Burru' por caer en un ‘lugar común’. Dicho esto, ¿Por qué no ir por el camino contrario al habitual? Es decir, tratar de comprender con amplitud el alcance de sus palabras y, en ese sentido, hallar el sentido, desde su propia lógica, de lo que expresa.

Antes bien, vale partir por cómo fundamenta su conclusión —es decir, que el Barcelona le hizo mal al fútbol— Jorge Burruchaga. En primer lugar, señala que, desde su perspectiva, este ha causado la expansión de una retórica del ‘modelo de juego’ con prestigio y un consenso a su favor que, en muchos casos, se quiere adoptar o imponer en distintos equipos sin tomar en cuenta las condiciones y aptitudes de sus integrantes. Es decir, en ciertas ocasiones, este se establece como un paradigma que, antes de servir positivamente, no hace sino limitar el desarrollo futbolístico del colectivo.

En segundo lugar, determina: “no todos lo pueden hacer, pero hoy, para muchos, si no intentás jugar así, no sirve o no es fútbol lo que hacés”. Aquí me parece necesario detenernos: ¿Quién es ese “muchos”? ¿Periodistas, directivos, entrenadores? ¿No será, más bien, que ‘Burru’ revela la existencia de cierto grupo, en términos generales, que establece un “horizonte valorativo futbolístico” con pretensiones de poseer “la verdad”?

Después, considero, identifica algo irrefutable: la dimensión perjudicial de tal idea. “Si determinado equipo no juega como se “debe” —según el consenso de lo considerado “bueno”, en este caso, el ‘modelo Barza’— está “mal”. No es lo correcto futbolísticamente”. Se deja de tomar en cuenta lo particular de cada equipo —su dinámica, sus propias relaciones— para ser valorado desde una perspectiva poca abierta al cambio y a lo diverso . Ahora pregunto: si un equipo muestra un ‘modelo de juego’, ‘plan’  que le permite ser eficiente en la competición y, al mismo tiempo genera una colectividad con sólidos lazos socio-emocionales, ¿merece ser “analizado” no desde su lógica interna futbolística, sino desde “lo considerado ‘bueno’ — esto es, la ortodoxia del modelo ‘Barza’?

Por último, aporta un ejemplo para darle mayor fuerza a su conclusión: el River Plate actual que, según él, es un equipo alejado de tal ‘estilo’, también ha brindado grandes partidos, éxitos y “espectáculo”, concepto contradictorio para los apocalípticos que se consideran “más críticos” en su visión del fútbol que el resto: critican que los medios se centren en el “espectáculo” y al mismo tiempo, utilizan tal concepto acríticamente con un sentido positivo. Y así podrían darse muchos ejemplos más.

Si se lee la entrevista completa, se verá que el exfutbolista y técnico no esta en contra del legado cruyffista, de la tradición futbolística culé, de Xavi e Iniesta, del exquisito fútbol del ‘Pep Team' ni mucho menos; antes bien, lo noto crítico con respecto de un discurso autovalidado que se erige como lo “puro”, lo “correcto” y lo “verdadero”. Que pretende medir toda manifestación futbolística desde unos parámetros muchas veces poco útiles. Tampoco creo que considere negativo que muchos entrenadores se adhieran a los pilares del juego de posición y traten de aplicarlo a sus equipos, solo, recalco, advierte de la inoperancia de ciertas interpretaciones dogmáticas. Más allá de eso, pienso, Burruchaga nos invita a aproximarnos al fútbol desde la pluralidad en la visión y, por qué no, dándole un lugar central al disfrute y a la emociones que produce —como ahora, por ejemplo, con la magia de Leo Messi.


Escrito por

Gianni

Lima, 1998.


Publicado en

El Apronte

Hípica